ENSAYOS DE MURAL POLÍTICO
La serie de 13 pinturas que forman parte de la muestra surge como reflexión del proceso político chileno a partir del estallido social. Es expresión de lo que marca lo contemporáneo en escala local. Evidentemente el enfoque de la obra es político, pero no busca instalar contenidos desde una postura ideológica. La obra se propone como una conversación con el mural político de brigada, y en particular con la obra de Alejandro “Mono” González.
En el mural político lo fundamental es la ideología y la propaganda, con una estética y una repetición de elementos gráficos (la estrella, la bandera, el puño, aves, etc.) que instala una identidad visual reconocible que forma parte de nuestra cultura. De manera que el mural de brigada está asociado a una militancia y a una visión de país con su carga de presente (incluyendo en ese presente los temas históricamente pendientes) y con lo que anhela a futuro. Tiene una dinámica grupal con funciones muy definidas (contacto con la comunidad donde se pintará, diseño, trazado del diseño en el muro, pintado del relleno, fileteado, vigilancia), se ejecuta rápido, debe ser legible y, como ya se ha dicho, identitario.
Pero hay otras visiones de país que no están en los muros callejeros, por lo menos explícitamente. En el arte decorativo, en la “estética de lo pulido” (Byung Chul Han, 2019), de lo impecable, lo que no daña, se podrían escarbar visiones e incluso ideologías que se invisibilizan por su falta de expresión colectiva. ¿Será posible un enfoque alternativo y ensayar desde ahí una obra polisémica, menos unívoca, y a la vez explícita?